14 January, 2008

Almuerzo-Coloquio LECE: Rusia crece bajo el control político y económico, y puede dar oportunidades para España y la UE pero a medio plazo

Rusia ha cambiado en los últimos cuatro años. Como afirma el embajador de España en Rusia, Javier Elorza, antes de que se le escapase de las manos, el presidente Vladimir Putin ha actuado para controlar el desarrollo económico desde el poder político y para dar voz propia a Rusia en el panorama internacional. Ahora, los rusos no piensan en el futuro sino en el corto plazo.

La economía avanza y la población, la mayoría en condiciones muy ajustadas, apoya a Putin, aunque exista una democracia limitada, que el sistema industrial y financiero esté infradesarrollado, y que las infraestructuras no sean una estrategia de país.

Rusia es potencialmente uno de los países llamados a ser el centro de referencia en el Este europeo, como India y China en Asia o Brasil en Latinoamérica. En estos momentos la economía rusa crece en un escenario de control político y económico centralizados, sin planes a largo plazo y con la recuperación de una voz propia a nivel internacional sin Occidente como referencia.

El embajador de España en Rusia, Javier Elorza, planteó un panorama en el que poco puede hacer, aún, la Unión Europea, pero sí que España debe tener los ojos puestos en el sector de las infraestructuras cuando Rusia decida renovar su deteriorada red. Elorza expresó su visión sobre el país de Vladimir Putin en la conferencia organizada por el Comité español de la LECE en colaboración con el Círculo Financiero, celebrada el pasado 14 de enero en la sede central de ‘la Caixa’, en Barcelona.

El crecimiento de Rusia no está exento de sombras en la economía y en la política. El camino por recorrer es largo, aunque en estos momentos Rusia haya recuperado el PIB de 1990, que disponga de una política monetaria austera pero impecable para evitar una inflación que giraría en contra del Gobierno a la mayoría de la población -solamente un 20% vive bajo el modelo de economía moderna-, o que tenga superhábits importantes anualmente.

Sin clase media y con deficiencias

Las sombras de la economía rusa que nombró el Embajador pasan, primero, por un sistema industrial muy deteriorado, concentrado en el sector de las materias primas. En segundo lugar, las infraestructuras están bajo mínimos y tampoco tienen prisa en cambiarlo, porque, dijo Javier Elorza, el ruso, ahora, piensa en el corto plazo. También el sistema financiero está anclado en el pasado, con el predominio de la banca pública y sin el deseo para trabajar en la modernización bancaria.

En lo que se refiere a la demografía, está en recesión, con la pérdida de 750.000 habitantes al año. La clase media no existe en Rusia, porque la población rusa rechaza el modelo de la burguesía occidental. Como ejemplo, dijo el Embajador, está el que en las últimas elecciones a la Duma –Parlamento Ruso- los partidos con un modelo de país occidental han sido barridos. Javier Elorza remarcó que este contexto es una de las razones por las que las Pimes españolas fracasaron en su intento de entrar en el mercado ruso en los años noventa, mientras las grandes empresas pudieron sobrevivir a las crisis del país.

Cuando Putin tomó el poder nombrado por Yeltsin en el 2000 quiso eliminar el movimiento de las oligarquías. La ordenación del caos se materializó con las medidas empezadas a partir del 2004, acciones para retomar el mando después de los crecientes atentados prochechenos que empezban a eliminar a sus principales aliados.

Vladimir Putin empezó a nacionalizar las petrolíferas y mantener el control del gas. En este tema, Rusia está cautiva, porque sabe que depende también de los gasoductos europeos. En los sectores que controla, afirmó Javier Elorza, hay pocas oportunidades. Pero en los que no controla, el gobierno de Putin deja actuar. En este contexto, España está en una buena posición, sobretodo en el ámbito de la construcción cuando Rusia se decida a actuar. En estos momentos las exportaciones españolas a Rusia crecen cada año un 37%, i España es, para los rusos, un ‘país amigo’.

Sobre el papel de la Unión Europea, el Embajador cree que lo único que puede esperarse para abrir espacio es la futura zona de intercambio ampliada entre la UE y Rusia. Este acuerdo se perfila para de aquí a unos siete años. La reducción de los aranceles sería la única forma de eliminar la arbitrariedad y el control económico del Gobierno ruso en su economía.

La centralización iniciada en el 2004 también tuvo su aplicación en el ámbito político. En primer lugar, expuso Javier Elorza, una serie de reformas han hecho que los nombramientos de los presidentes de las regiones sean controlados desde Moscú. En segundo lugar, Putin ha rediseñado la estructura de partidos, con la creación de dos nuevos grupos, Rusia Unida y Justa Rusia, alineados al Presidente, y sin eliminar al Partido Nacionalista de Zhirinovski. La oposición, ahora, es residual, proveniente del Partido Comunista y de los pequeños grupos prooccidentales como el liderado por Gary Kasparov. En cuanto a las libertades internas, el Gobierno controla plenamente a las Medios de Comunicación y a las ONG.

En política exterior, la nueva Rusia ha recuperado su discurso propio, sin negociar en temas que escuecen a los Estados Unidos -apoyo a Hezbolah, Hammas, Siria e Irán- y sin globalizar, y con los ojos puestos en China e India, sus verdaderos referentes. Cabe tener en cuenta que China y la URSS tenían un PIB similar en 1990, y ahora el de China triplica al de Rusia. Así pues, el último “tragalá” ante las presiones de Occidente, afirmó Javier Elorza, fue la firma del protocolo de Kioto. Ahora, después de la Cumbre de Bali, Vladimir Putin ha dejado claro que no apoyará un Kioto 2.

Y la pregunta que se hacen todos es ¿cómo con este marco tiene el apoyo de una población que en su mayoría vive en una situación económica al límite? Putin no ha tenido que utilizar la fuerza para conseguir sus objetivos, y los rusos están con Putin porque ahora tienen más seguridad, viven mejor. De hecho, afirmó Elorza, el antiguo cuerpo del KGB que ahora ocupa los puestos de decisión política y económica del país, con Vladimir Putin a la cabeza, fue el único que tuvo sentido de estado durante el enfrentamiento del antiguo régimen con los nuevos poderes fácticos.

El acto con el Embajador lo abrió el presidente del Comité Español de la LECE, Carles Gasòliba, con la previa presentación del presidente de ‘la Caixa’, Isidre Fainé. El coloquio posterior fue moderado por el presidente del Comité de Control Financiero de ‘la Caixa, Enric Corominas.

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