La cooperación al desarrollo para mejorar las condiciones de vida en origen y frenar la inmigración tiene poco recorrido. Es necesario reforzar y compartir la cadena de valor entre Europa y África para enriquecer ambos territorios y favorecer el crecimiento mutuo.

La miembro del Migration Policy Institute y cofundadora de Think&Do InStrategies, Anna Terrón Cusí, ha expuesto la realidad actual de la política migratoria en Europa durante el Almuerzo Coloquio del Comité Español de la LECE celebrado en el Círculo Ecuestre de Barcelona el 19 de febrero.

Perspectiva integral de la migración

Terrón ha insistido en que es necesario abordar la migración desde una perspectiva integral, compartiendo la cadena de valor. Es importante tener en cuenta la formación y la cualificación de las personas en origen. De hecho, cree que no es acertado considerar que una mejora de las condiciones de vida en los países de origen reduce de manera automática la migración.

A nivel de contexto, parece que la evolución de la población ha llegado ya a un límite de entre 8 y 10 mil millones de personas. En los años 60 éramos ‘solo’ 2,5 mil millones. Paralelamente, se ha incrementado de manera exponencial el número de ciudadanos con estudios secundarios, de grado y de posgrado. Un 70% de la población mundial está alfabetizada.

Europa tiene sensibilidad

A nivel normativo, la migración cuenta con el Pacto Global de Migración de las Naciones Unidas de 2018, que vela por una migración segura y regulada. La política de asilo, en cambio, tiene un marco legal más definido. En este sentido, en el norte de Europa históricamente la migración se ha vinculado a personas asiladas.

Si vinculamos la población, Europa está envejecida. Esto plantea la necesidad de encontrar nuevas fuentes de mano de obra para mantener el estado del bienestar y garantizar un relevo generacional adecuado. España ejemplifica la relación de la migración con el mercado de trabajo. Anna Terrón incide en que cualquier política migratoria que se impulse debería garantizar condiciones laborales dignas. Actualmente hay 6,5 millones de personas inmigradas con residencia legal -2,8 millones de la UE. Cerca de medio millón son irregulares.

El acto fue moderado por el presidente del Comité Español de la LECE, Francesc Homs Ferret. Homs ha recordado que Europa tiene la suficiente sensibilidad como para abordar de manera correcta la política migratoria.